En Plaza Jardín hemos convertido nuestra pasión en nuestra profesión, no nos conformamos con dar de comer, queremos crear emociones.

La cocina es para divertirse: es un lenguaje mediante el cual se puede expresar armonía, felicidad, belleza, poesía, complejidad, magia, humor, provocación, es un hecho cultural y también un espacio lúdico donde jugar e interpretar.

En la vida, contadas veces, suelen pasar cosas maravillosas y por eso, cuando ocurren, cuando sucede que un hecho o unas palabras erizan la piel y hacen que nos emocionemos, no podemos evitar compartirlo con el mundo que nos rodea, así, es nuestra comida.

Hay personas que analizan el plato, la técnica, las texturas, el sabor, el servicio, pero escasas, muy pocas saben apreciar el alma y el sentimiento que, quienes nos dedicamos a esto, intentamos transmitir, no solo cuando una elaboración está terminada, sino durante todo el proceso de creación; Hay personas que ven y van más allá, que en un solo bocado desnudan al cocinero por completo dejando al descubierto aquello que no forma parte de una receta, que no se puede medir ni valorar, pero que inevitable e intangiblemente siempre está: su personalidad, la pasión con que la realiza.

Buscamos siempre satisfacer la curiosidad o expectativas de nuestros clientes y sus invitados, complaciendo sus necesidades gastronómicas, ofreciendo alimentos, productos y servicios con la más alta calidad, siendo un espacio de relajación que permita la realización personal y sensorial para ellos o sus colaboradores con la mejor relación precio calidad. comprometidos siempre con nuestros productos artesanalmente, utilizando productos de producción local como primera alternativa.

Tomando como estrategia principal el mejoramiento continuo de los estrictos estándares de higiene y buen servicio, agradable y familiar orientándonos a las personas, porque personas satisfechas generan clientes felices.